Biografía de Lola Lucía
Aquí me limitaré a mi «biografía» emocional pues es el material que trabaja la técnica.
Me llamo Lola y difundo el mensaje porque he comprobado que es extremadamente eficaz y que no altera a las personas ni les produce reacciones adversas. Me ha entrenado personalmente su creador, Colin Tipping.
Como verás en la siguiente biografía emocional, muchos han sido lo temas que la técnica me ha permitido resolver favorablemente.
Mi curriculum emocional es el siguiente:
Soy nieta de exiliados republicanos españoles. Mi madre pasó a Francia en febrero de 1939 con 9 años y mi padre con 14. Mis dos abuelos servían en las fuerzas de seguridad antes y durante la República y se conocían por compartir la misma ideología. Creyeron en un ideal de mejora para el ser humano, lo dieron todo y lo perdieron todo. Pasaron a Francia con lo puesto y con el ánimo roto por la zozobra de un proyecto tanto personal como nacional, con la sensación de culpa y vergüenza por arrastrar a sus respectivas familias a la miseria en país extraño y al principio hostil, pasando de una vida interesante y calida a la miseria e ir perdiendo seres queridos por el camino y luego padecer la ocupación alemana y alguna que otra deportación menor. En 1950 mi madre se casó de negro llevando el luto reciente de mi abuelo. Están guapísimos en la foto pero casarse de negro implica muchas cosas. Entre otras un corazón destrozado a cuesta y la voluntad de tirar adelante. Lo que sí tenían todos es determinación de supervivencia, eso sí, sin pisar a nadie y poco a poco se fueron haciendo su hueco. En el 52 nací yo en las condiciones de la época. Partos multitudinarios en hospitales de azulejos blancos, camas metálicas y personal tipo carcelario. Me bautizaron con el nombre de mi abuela paterna, Dolores, el cual alguna vez he estado tentada de sustituir por el de “Gloria”. Sólo fue muchos años después que caí en la cuenta del significado apenas oculto de mi nombre completo. Dolores ya sabemos, Lucía, relacionado con la luz y Colón, relacionado con la paloma y el espíritu. Marcando vocación.
Mi madre y yo no eramos compatibles. Sólo con procesos de Perdón Radical logré paz, complicidad y cariño con ella. Sólo entonces entendí que se había quedado clavada en sus 7 primeros años felices de arropada vida en Madrid entre 1928 y 1935 y por eso para ella sólo los muertos son perfectos y amados. Los vivos ensucian, desordenan, molestan, etc. Con eso irónica y distante, generosa y solidaria. Mi padre un Leonardo da Vinci a escala, capaz tanto de cultivar una vida interior de filosofía y espiritualidad como de inventar artilugios y reparar absolutamente cualquier cosa, desde un televisor hasta instalaciones en una central atómica. Un sensible por dentro, todo espinas por fuera.
En aquellos años de mi infancia lo que hoy llamamos maltrato a los niños era lo normal y cierto látigo muy en boga. En mi entorno alguien también se ocupó con su acoso y tocamientos de hacerme saber antes de tiempo que yo tenía un cuerpo. Eso también lo resolví felizmente con el Perdón Radical. Con 6 años fui separada durante un año de mi madre, enferma por lo que parecía una tuberculosis, y los servicios sociales me internaron con mi hermana de 4 años en una especie de institución para niños con padres en dificultad. Ese entorno era del mismo estilo que los orfanatos de aquella época que vemos en las películas más tétricas. Cuando volví a ver a mi madre para mí era una extraña. Los años pasaron y como adolescente la violencia siguió haciendo acto de presencia en mi vida.
Para acortar puedo decir que no me he privado de nada en cuanto a separaciones, amores malogrados, desamor, cambio de países, pérdidas, soledad, retos laborales, etc. Pero todo esto aun lo viví con consciencia de víctima. Desde muy joven y probablemente heredado de mi línea paterna, me ha ocupado principalmente “solucionar” el tema del sufrimiento y del dolor en mí, en los demás y en el mundo.
Fue unos quince años después del nacimiento de mis hijos, con otras dolorosas peripecias de por medio y en un periodo de noche oscura del alma que me llegó el Perdón Radical. ¡Para mí significó hallar por fin las explicaciones y los medios para transmutar el dolor y el sufrimiento en mí. Enseguida decidí compartirlo con el mayor número posible de personas.
Por eso empecé por traducir y auto-editar el primer libro de Colin Tipping en español: El Perdón Radical y me acredité con él como coach de la técnica. Ya para la editorial Obelisco también traduje otras dos obras suyas: Manifestación Radical y Crecer en el amor. No dudes en escribirme. La Experiencia como coach me inspira nuevos materiales de ayuda o inspiración que voy publicando aquí abajo.
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Testimonios de personas que he acompañado
Por motivos de confidencialidad y para proteger su anonimato, sólo se mencionan aquí los nombres de las personas que han dado su testimonio.
Verónica: Lola estoy emocionada por tus palabras, es cómo si me hablara un ángel, cómo si me conocieras de toda la vida y sólo estuvimos unas horas juntas, yo siento que se me ilumina el alma cuando puedo ayudar a aliviar los corazones de las personas como tú lo estás haciendo conmigo, ojalá llegue a poder hacerlo tan bien como tú.
Isabel: Te doy las gracias por todo lo que hemos compartido, todo lo que he crecido, mejorado, todo lo que me has ayudado, apoyado, para ir soltando mi pasado, enfrentándome a cosas que me han sido difíciles, ver que hay otra forma de vivir y de ver las cosas, tener una actitud más positiva ante la vida, el superarme, el aprender a amarme. Todo lo que he trabajado contigo ha sido muy liberador. Realmente te agradezco tu tiempo, dedicación, comprensión, amor, apoyo…
Cristina: Eres tan maja, tan amable, tan dulce y tan suave como un bálsamo. Tus palabras y tu tono de voz traen paz, y tu sonrisa, esperanza y confianza.
Mireia: Fue un día para mí especial y profundo, ya me estoy dando cuenta que no hay monstruos sepultados en el fondo de los baúles, ni egoísmo/egocentrismo en cuidarse a una misma, sólo chiquill@s asustad@s que necesitan unos brazos fuertes que les rodeen y tranquilicen, y estoy descubriendo que yo también tengo brazos fuertes y muy dignos de abrazar a mi niña asustada, que no es ningún monstruo.
Hervé: Te escribo para manifestarte de nuevo mi gratitud por tu magnífico taller. Ya estoy esperando el próximo.
Elisabet: Hola Lola, gracias por esos dos días extraordinarios.
Micaela: Hola Lola, mi enorme gratitud por ese fin de semana tan liberador y portador de paz de camino al Amor.
María: Querida Lola, muchísimas gracias por ese fin de semana con todas esas tomas de conciencia. Gracias por tu humildad, tu presencia y todo lo compartido.
Natalia: Este pequeño correo es para decirte que pienso en ti, estás siempre muy presente y tus enseñanzas también.
Mariona: Gracias Lola, el perdón es tan fácil después de tu taller.
Isabel: Quiero darte las gracias por este fin de semana que para mí ha sido muy rico en emociones y todo lo que hemos compartido gracias a ti. Mi tristeza y mi aprensión al despedirnos se transformó rápidamente en alegría porque me di cuenta de mi suerte al compartir una emoción maternal y protectora gracias a ti y tu generosidad.
Anna María: El trabajo de sentir mi cuerpo, conectar con ese soplo que me llena, está y sale, llevándose lo que no hace falta… lo practico y lo cuido. Pero, siempre se agradece que te lo recuerden de otra manera, y la tuya es bella, y llega justo en un momento en el que me va muy bien. Gracias. Y es que aún necesito recordarlo más, sí. Respecto a la Ceremonia de PR, me sentí emocionada y especialmente sentí, como si jugando me fuera liberando.
Mercedes: Hola Lola: Después de leer tu historia deseos que sepas que tu traducción del libro ha sido el mejor regalo que nos puedes haber hecho a todos los que hablamos español. Gracias por tu alma, tu dedicación y representar a un ángel en mi vida. Te estoy muy agradecida desde lo más profundo de mi alma.
Marga: Como dijiste, he dejado ahí tranquilo todo lo movido o removido en el taller del sábado, así con unos días de reflexión e interiorización creo que surgirán milagros. Hay cosas que uno cree curadas del todo pero que cuando haces algún trabajo de este tipo algo sale o algo se mueve, señal que algo quedaba ahí. El taller estuvo muy bien, y me sentí bien ahí, el grupo era muy agradable y contigo como conductora para nada me sentí extraña o desconectada de nadie, así que gracias por todo Lola. Te cogí afecto y no te conocí casi. Gracias por ser así.
María: Me gustaría daros las gracias a todos por vuestra presencia en un día lleno de grandes emociones y de liberación. Para mí lo más duro pero a la vez lo más poderoso fue el primer círculo de la ceremonia que hicimos. Como os comente sentí muchísimo amor y apoyo. Pienso en esos cálidos abrazos y ese pensamiento me ayudara en el futuro en los momentos de tristeza, a sentir que no estamos solos.
También, deciros que han empezado pequeños milagros esta semana a nivel profesional y familiar así que seguiré trabajando con el Perdón Radical.Sofía: Gracias Lola por tu trabajo! Descubrir esta herramienta me está ayudando a liberarme de una energía muy densa. Y sí, tengo la sensación que es más rápido, por la propia herramienta y con el taller.
Muxu: Lola… Gracias!!! De corazón! Acabo de salir del taller y me encuentro esperanzada.
Maribi: ¡Estoy muy agradecida por la ceremonia del domingo! Fue sencilla, profunda, directa a los corazones, y se notó claramente un antes y un después. El día de Santo Tomás (21 diciembre, que aquí se celebra de forma entrañable) me encontré con muchas personas del domingo, la mirada era de complicidad, de cercanía… y me llegó a conmover. Por cierto, Lola, me conmovió profundamente cuando dijiste que venías de la timidez y de creer que no tenías nada interesante que contar… Por ahí va alguna herida mía que va sanando poco a poco… Gracias por tu naturalidad, por estremecer a mi «niña» con tu «niña» grande…
Isabel: Hola Lola, somos Isabel y Patricia, madre e hija que asistimos a tu taller de PR en Barcelona. Nos ha conmocionado tu mensaje y te agradecemos desde lo individual y lo colectivo tu trabajo y energía que forman parte de este gran flujo de vibración en el que todos debemos unirnos para sanar al planeta y acompañarlo en su evolución.
Rafael: GRACIAS Lola. Otra vez eres como rocío en mi vida que se estaba resecando. Por favor persiste en tercos como yo que a veces nos olvidamos de nosotros mismos. Siempre necesito entender y vestirme con realidades como las que enseñas. GRACIAS.
Rosa: Hace unos dos años que hice el taller de Manifestación Radical y me ha ido muy bien. Creo que es una herramienta que con constancia ayuda a superar las diferentes pruebas que nos pone la vida. Porque en la vida, al ser un cambio constante, siempre hay nuevas pruebas que superar.
Alba: Te escribo para contarte cosillas muy positivas: para empezar, el Proceso del Perdón Radical es maravilloso, los trece pasos son muy instructivos y, en mi caso, se dan pequeños cambios y un gran cambio en la energía. me he dado cuenta de que cada vez atraigo a mi vida a personas más positivas, y lo hago siguiendo mi intuición o corazonada, ahora entiendo lo que me decías de que en tu ser tienes que sentir un SÍ alto y claro, me siento presente, en armonía con el universo.
Rafael: GRACIAS, muchas gracias por tus comunicaciones. Como siempre, doy gracias al Creador por tu existencia. Siempre recibo de tus comunicaciones mucha energía que renueva mi bienestar.
Inmaculada: Conocer a Lola y el trabajo con ella y el Perdón Radical ha sido como introducir la magia en mi vida, ver cómo van sucediendo los acontecimientos de la vida y ver a través del Perdón Radical como cuadran los círculos. He tenido experiencias con Lola espeluznantes por preciosas, maravillosas y por la rapidez de resolución de varias situaciones difíciles. A quién lea mi testimonio quiero decir que podría contarte muchos trabajos aunque lo mejor es invitarte a que lo conozcas y sientas tú mismo. Un abrazo enorme gratitud y agradecimiento.
Si quieres saber más sobre el Perdón Radical, suscríbete a mi boletín y tendrás además un cursillo gratuito de Manifestación Radical.